domingo, mayo 8

Brumas melancólicas


Mayo 2011.       Brumas melancólicas

 

Las tardes en solitario,  me enseñan muchas cosas que en medio de las multitudes jamás llegaría a conocer.

Mis crepúsculos en solitario, son un maravilloso paseo por las playas de mi soledad, entre las piedras en la orilla y un cielo rojizo que se abre entre el aroma salobre del yodo y las brumas melancólicas  del primer rastro de los astros en la noche.

Entre el murmullo de la vida, las aves marinas bajan a beber la sabia roja del atardecer, cuidando sus nidos que guardan la tibieza de algún vuelo de amor, mientras los vientos barren las crestas de las olas que rompen en el arenal.  

La sal, cristal que brilla en el agua, son versos que se desprenden de la luna cuando ésta, apaga su pasión dejando correr sus cenizas por el flujo y reflujo de la mar.

Un pez traza un camino de plata para la mirada, burbujas de un sistema acuático que gira alrededor de una estrella marina.

En la profundidad, nada deja de florecer como ondulantes racimos de fuentes.

Estoy sentada en la piedra, haciendo una balsa de emociones, con las que he escrito, aunque  creo que en el dolor amigo de esta espera necesitaré todos los que he escrito…

En esta soledad de paz cristalina, los murmullos forman una orquesta para los cantos funerarios de la noche.

Al final de la escollera, una barca vieja y desmantelada, se deja atrapar por el femenil torbellino de una fiesta en turbulencia y se crea una galaxia de arenisca y sargazos secos…

Mis letras perdidas ruedan y el viento pasea en el esqueleto derruido de la barca.

Se van con ellas, la historia escrita en la piel del primer beso que ofreció alas a mi vida, mientras en la piedra yo miro al mar, recoger los recuerdos de todas las vivencias que creía muertas.

Desde BC, mi rincón existencial, lugar donde mar, como sabana de seda, color azul marino,  arrugada, me traslada hasta tu lado, lugar de las personas que amo.

Andrea Guadalupe. 

                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 


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