Amiga, te escribo una historia…
Amiga: Todo lo tangible
descansa sobre lo abstracto, igual que el ruido ensordecedor tiene sus
cimientos en un profundo silencio... todo lo que existe ahora, antes ha sido un:
No es posible…
Es así como se cumplen los ciclos vitales, es así como las
amistades nunca se secan, ni terminan, porque viejas amistades, dan paso a
amigas nuevas.
¡Yo! ¿Qué te puedo contar de mí?
Tal vez muchas cosas, aunque estoy segura que te aburriría;
tal vez otras pocas, sólo que no me entenderías.
¿Sabes? Mi mundo es complejo y contradictorio, y por eso, en
lugar de enseñarte mi caja de Pandora, prefiero abrirte las puertas y ventanas
de mi casa, para que tu brisa fresca invada mi vida.
Aquí puedes relatar lo que quieras sin ser juzgada, y por lo
tanto sin ser perdonada de nada, es como escribir, sin el: ¿cómo? y nada más.
Te ofrezco mis oídos y cuando te quedes sin palabras te
regalaré las mías, las que me vayan saliendo sobre la marcha.
Te regalo estas tres para empezar: Jardín, mar, imaginación…
hay todo un universo diminuto guardado en la palabra jardín, un océano de sentimientos
en la palabra mar, la imaginación me ha regalado el don de crear historias y
dar vida a personajes, con los que puedo llegar a confundirme; este mimetismo
me permite entrar y salir de ellos sin que nadie lo note.
Soy una adicta a las palabras y a los libros, esos baúles de
papel donde se guardan a puñados.
Puedo formar parte del inmenso carnaval donde tod@s llevamos
una máscara, para ocultar el dolor y la tristeza detrás de bonitas frases, evitar
al contacto íntimo y labrar falsos ídolos de barro.
Te presto mis disfraces y te regalo mis cuentos de hadas.
¿Y qué voy a pedirte a cambio?
Que compartas conmigo tus ideas y sentimientos, todo eso...
que no es poco.
Ahora, para darte la bienvenida a mi mundo, te regalo un
cuento.
Podría haber sido una caminata a ninguna parte, un café
tamaño jumbo, amargo, con crema liquida y sin azúcar en tu plaza favorita o un
truco de magia sin ensayar.
Aunque no, quería que fuera un cuento para que puedas hacerlo
tuyo, para que lo compartas.
Para que elijas la banda sonora que te gustaría que suene de
fondo mientras lo lees, yo sueño, mientras escribo, con la voz de Serrat.
Te regalo un cuento para que puedas llevarlo contigo,
dobladito en el bolso, o entre las páginas de un libro de Benedetti.
Para que puedas estrujarlo y hacer con él una pelota de
papel, arrojarlo por la ventana y mirar complacida cómo lo atropella un
autobús.
Para que lo copies mil veces y lo envíes en un correo a
quien más te agrade.
Para que envuelvas con él una manzana o para colgarlo en tu
pared.
Para que le claves alfileres los días en los que me
matarías, y es que me he dado cuenta de que en cada una de mis palabras dejo
una parte de mí, al igual que con cada una de las tuyas sé que entregas un fragmento
de tu alma.
Aún a riesgo de poder ser acusada de alevosía y aunque
puedan encontrarse muchos más agravantes, te ofrezco mi sonrisa sin
conservadores ni colorantes.
Te regalo una idea, el concepto más hermoso de complicidad,
un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse.
Te regalo un cuento que habla de amistad y de sueños, de
noches de verano pegajosas, de mí misma, un relato sin pies ni cabeza, sin
trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto, sin
moraleja, y si la tiene, que sólo tú la conozcas.
Y es que me gusta pararme a mirar como juegan nuestras
letras, cómo se cruzan nuestras risas, me gusta seguir tus pasos, oír su eco y
seguirte con la mirada buscando entre tantas líneas aquellas que me dedicas.
Te imagino caminando, en medio de la gente, y yo mirándote…
a lo lejos… De pronto te das la vuelta, me miras, me sonrojo al verme
descubierta, me sonríes por ello y es entonces cuando me doy cuenta de que la
gente se diluye, el paisaje cambia, el aire empieza a quemar… Y ahora estás tan
cerca… que te rozo con una de mis vocales…
Te regalo el deseo de llenarte de unas ganas locas de reír,
envuelto en un cuento para llevarte de viaje, y para leerle a las calles y a
los parques.
Un cuento sin papel de colores ni un espero que te guste, sin
aplicar impuestos, como tampoco, descuento por pronto pago.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde a ti, amiga, te escribo una
historia que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea
tu estado de ánimo o tu sabor favorito de helado.
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