sábado, mayo 31

Lenguaje sin palabras..................


Tijuana BC May 008.      Lenguaje sin palabras……………………….

 

 

 

Rumba caliente, película del viejo cine mexicano al cual es entusiasta José Ángel, mi hijo, en una de sus escenas se presenta una cigarrera que quiere ser bailarina y les presume a algunos invitados a una fiesta muy elegante, como si fuera ciudadana americana; ¿Conocen ustedes el estado de Virginia?

A lo que uno contesta; Si, solo que no acostumbro hablar mal de las mujeres.

Por su parte, Resortes, le pregunta al dueño de un cabaret donde quiere que contraten a su amiga; ¿Nos tomamos una copita?

No, responde el empresario mal encarado, "No bebo".

Pues que lastima, le responde Resortes, "Desaprovecha esa cara de borracho".

En el primer caso, con ironía, el invitado decide hablar de menos.

En el segundo, con malicia Resortes, habla de más.

Somos nuestra historia y nuestro lenguaje.

Ambos nos hacen, nos moldean como seres sociales, no somos seres sin historia.

Lo que decimos, como lo decimos, y lo que callamos, nos forja, nos construye.

Por esto, siempre es importante escuchar a quien habla, solo que también lo es escucharse una misma.

Por que cuando una habla, por ejemplo de otra persona, en ocasiones algo se dice de ella, solo que siempre se dice mas sobre una misma.

Un profesor hace una pregunta a sus alumnos, un niño se adelanta a contestar y falla.

El profesor de inmediato le dice"Burro".

Es probable que el niño sea un infante con problemas de aprendizaje, solo que al hablar, el profesor nos ilustro mucho más sobre él que sobre el pequeño.

Se trata de un docente insensible, agresivo y torpe.

Una mujer camina por las calles, y al pasar junto a un tipo, este le suelta de golpe,"Si como los mueves, las das, ya vas"

Por supuesto, el dicho del tipo nada nos informa sobre la mujer, solo que es más que convincente  para calificar al sujeto.

Se trata de un ordinario grosero que se cree simpático.

Al hablar de otros, siempre nos describimos a nosotras mismas.

En un extremo, a veces, queriendo hablar de otras personas, solo hablamos de nosotras.

Se podría decir, quizá exagerando que siempre hablamos de nosotras y en ocasiones, cuando somos lo suficientemente observadoras, agudas, y astutas, nos acercamos a descubrir algunas razones de la personalidad o carácter de la otra persona.

Por supuesto, al hablar lo podemos hacer con talento, ingenio, sensibilidad, o de forma inculta, vulgar, ofensiva, o también de manera rutinaria, burocrática, previsible.

Dime como hablas y te diré quien eres.

Hay una actividad cuya herramienta fundamental es la palabra, el lenguaje.

La comunicación empieza y termina con la palabra, y cuando esta se degrada, la convivencia también lo hace.

En medio de las confrontaciones mas agudas, en las espirales que parecen no tener fin, en los desencuentros mas radicales, la palabra puede reorientar los acontecimientos, crear un cauce distinto, ofrecer otro horizonte.

Es decir, la palabra puede desactivar la violencia y ofrecer una ruta para procesar las diferencias y por el contrario, la comunicación pluralista, se llega a convertir en violencia siempre encabezada por la furia en el lenguaje.

No hay guerra que no haya sido anunciada con ofensas y no hay paz sin un lenguaje que la alimente.  

Recetas, análisis, propuestas, debates y replicas necesitan y se asientan en el lenguaje.

Solo que el adjetivo mal puesto, la ofensa, la agresión, la vulgaridad, también son parte de las palabras utilizadas.

No obstante, ninguna formula resulta superficial, ninguna esta exenta de consecuencias.

Se sabe que en la época de la imagen, una fotografía dice más que mil palabras.

Mentira de curso legal.

Que el carisma, algo que nadie puede descifrar es indispensable,, solo que todo esto sin lenguaje, sin la palabra, es humo, es nada.

Solo quien cree que se encuentra en soledad en el escenario, o que sus palabras se las lleva el viento, que tiene escasa o ninguna consideración por la humanidad, o que esta con incondicionales, que le festejan sus ocurrencias, puede pensar que se puede insultar sin consecuencias, ofender sin generar preocupación, agraviar como si fuera un chiste.

Apenas nos estamos acostumbrando a vivir en la pluralidad, a convivir con otr@s.

Cuidemos el lenguaje, cuidemos las palabras.

Estos son los nexos que establecen las relaciones entre las personas.

Y las relaciones, siempre estarán impregnadas de las palabras cargadas, siempre cargadas.

No existen lenguajes neutros, incoloros, sin derivaciones.

                             Andrea Gpe.  

 

 

 

 


                           Andrea Guadalupe.

                              
                         Tijuana Baja California Norte. Mexico

                   DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,

hesa540828@hotmail.com           agluna200@àyahoo.com.mmx
 
 


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