Dic. 2013. Deseo para
este próximo año
Aquí en México, nuestro país, como en cualquier otro, existimos
seres humanos que por motivos que la ciencia no ha logrado aún explicar,
nacemos con una orientación sexual y de género distinta a la de la mayoría de personas,
y somos llamad@s: Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, además de que constituimos
aproximadamente un 21% de la población mundial.
En el transcurso de los siglos, han existido episodios de
discriminación, segregación y contracción de derechos determinados por el género,
raza, religión, condición social y económica.
En la antigüedad, por ejemplo, las mujeres prácticamente
carecían de derechos y nuestro suelo fue testigo mudo de la esclavitud a la que
fueron sometidos nuestros hermanos originarios de África durante la conquista
Europea y la discriminación que tuvieron que soportar hasta ya entrado el siglo
XIX.
Sin embargo, el Apartheid Sudafricano no terminó sino un
siglo después.
A pesar de esto, la humanidad es una escuela de errores y correcciones,
así como también de luchas por las demandas; durante esta, han aparecido
personajes que transcienden fechas y lugares, cuyo mensaje de igualdad, respeto
y paz llegan aún a nuestros oídos.
Así por ejemplo, somos inspirados aún por el sueño de Martin
Luther King, los deseos de paz de Mahatma Gandhi y el amor desinteresado y enérgico
de la Madre Teresa de Calcuta.
Actualmente la discriminación racial está normalizada como
un delito, también la discriminación de género; sin embargo, aún en nuestros
días, luego de haber pasado ya la primera década del siglo XXI, podemos ver
como siguen existiendo la discriminación y el machismo.
La lucha ha sido larga, sólo que aún no ha terminado. puede
decirse que el siglo XX estuvo determinado por la lucha en favor de los
derechos civiles de los afro descendientes y las mujeres y el siglo XXI estará
definido por la lucha a favor de los derechos de las personas: Lesbianas, Gays,
Bisexuales, Transexuales.
Desde el año 2000 se inició con Holanda, país pionero, una
cascada de aprobación del matrimonio gay hasta el día de hoy, otras 19 naciones
tienen reglas de uniones civiles o similares.
La Tierra cuenta 198 naciones, lo que indica que al
finalizar el siglo XXI más del 50% del planeta habrá aceptado la unión legal
gay.
En el resto del mundo la polémica sobre el tema está en
debate hasta llegar al extremo en algunos países africanos, de Medio Oriente y
Asia, cuya visión sobre la homosexualidad continúa considerándola delictiva.
Prevalecen diferencias que van desde un relativo amparo
jurídico con limitados derechos hasta la condena legal bajo diferentes
penalidades.
El colectivo LGBT se caracteriza por ser minoritario,
diverso, englobándonos a personas de diferentes condiciones sociales, económicas,
religiosas, raciales, y porque se enfrenta a diferentes posturas originadas por
el prejuicio y por algunas religiones; estos conceptos, causan olas de
violencia, odio e intolerancia hacia quienes integramos la comunidad LGBTI.
Este odio se conoce como: Homofobia; sin embargo, el término
no es lo suficientemente claro, una fobia es un miedo irracional: En cambio, el
homofóbico, muchas veces busca atacar de manera verbal, simbólica o física.
Olvidando quienes componemos la sociedad que, para el
correcto ejercicio democrático es necesaria la diversidad de ideas y posturas,
de la diversidad de pensamiento surge la reflexión y esta es la mejor receta
para conseguir soluciones eficaces.
Extrapolando, en una sociedad es necesaria la diversidad, ya
sea cultural, étnica, religiosa y también sexual.
Diversidad Sexual que se entiende como las diferentes
maneras en las que un ser humano, se observa a sí mism@ y también el tipo de
personas con las que el individuo desee tener una relación sexo-afectiva; no es
justo exigir que todas las personas ejerzamos una misma religión, que
conservemos una misma cultura o que defendamos una misma postura en un debate;
del mismo modo, no es justo tampoco exigir, que tod@s que seamos heterosexual,
ni que nos comportemos de manera igual; siempre y cuando nuestras acciones no
constituya una amenaza a la integridad de las personas que nos rodean; ser
lesbiana, gay, bisexual o transexual, no daña a ninguna persona; la homofobia, sí.
Las personas LGBT no podemos ejercen todos los derechos que
tenemos reconocidos en nuestra Constitución, debido a las contradicciones que
existen entre la Carta Magna y el Código Civil de nuestros Estados; por
ejemplo, las parejas gays que viven juntos desde hace años, al no poder casarse
legalmente, no pueden solicitar una casa como lo hacen, las parejas
heterosexuales que viven en concubinato, del mismo modo, tampoco tenemos derechos
patrimoniales y al morir un miembro de la unión, la pareja, queda desprotegid@;
ninguna ley censura explícitamente a ningún patrón que desee despedir a un
trabajador o trabajadora por ser gay o lesbiana; la situación de nosotr@s, las
personas transexuales es aún peor; pues no tenemos la garantía del derecho a la
vida, prueba de ello es la cantidad de personas transexuales que son
regularmente asesinados en nuestro país sin que el hecho llegue a mayores instancias;
incluso tampoco tenemos derecho al libre desarrollo de nuestra personalidad o
la identidad.
Somos minoría, aunque, no por eso somos menos importantes,
menos humanos; tenemos tantos derechos e importancia como cualquier otra
persona; sin embargo, a los ojos de las actuales leyes no es así.
Esconderse no es una alternativa, ser parte de la vida,
acompañad@s permitirá que lo imposible sea posible, la aventura se convierta en
realidad y los miedos en historia del pasado.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, tierra donde deseo
para este próximo año, que la comunidad LGBTI, sea escuchada y tomada en cuenta
por los elementos que forjan la vida política en el país. Andrea Guadalupe.