No me etiquetes, conoce la realidad.
Soy parte de una comunidad con el pasado oscuro y olvidado, con la boca sellada desde épocas remotas.
De una comunidad cargada de dolores antiguos, arrastrando cadenas largas e indestructibles.
Vengo desde la oscuridad, del pozo del olvido con el silencio a cuestas, con el miedo ancestral que ha corroído mi alma desde el principio de los tiempos.
Vengo de ser esclava de maneras diferentes: sometida, vendida o canjeada como una mercancía.
Vengo de ser apedreada en las calles por hipócritas, pecadores de todas las especies que claman al cielo mi castigo.
Me han juzgado y condenado en todos los rincones sin que cuente mi edad madura o tierna o importe mi color o mi estatura.
Siempre invisible en la historia más lejana y olvidada en la historia más reciente.
He recorrido todos los caminos, he arañado paredes y ensayado silencios tratando de cumplir con el mandato de ser como quieren mas sin embargo, no lo he conseguido.
Jamás se permitió que yo escogiera el rumbo de mi vida.
He caminado siempre en una disyuntiva ser esclava o prostituta.
He vivido cosiendo, construyendo, cocinando, tejiendo, curando, protegiendo, cuidando y sobre todo amando.
Un día me dolí de mis angustias un día me cansé de mis labores, abandoné al miedo y convertí mi voz dulce y tranquila, en bocina del viento, en grito enloquecido.
Convoqué a la fea, a la violada, a la triste, a la callada, a la hermosa, a la pobre, a la afligida, a la ignorante, a la fiel, a la engañada, a la prostituida.
Y formamos todas, con nuestras quejas un caudaloso río que empezó a recorrer el universo ahogando la injusticia y el olvido.
Por fin, lo descubrimos. ¡Somos más que el silencio y más que el sufrimiento!
Que este Grito resuene llamando a la igualdad entre los géneros a construir un mundo distinto, horizontal, sin poderíos, a unir ternura, paz y vida.
A derrotar el odio y los prejuicios, a amasar con las manos de ambos sexos el pan de la existencia.
No me etiquetes, conoce la realidad, soy una mujer transexual, con algunas primaveras pasadas y vividas, de ojos color café que se pierden mirando las estrellas, el mar, las flores con su vida particular y única, con sus inquietudes e ilusiones, que de paso por esta vida espera ver mas justicia y amor
Yo soy parte de aquell@s que nacieron con un sexo biológico y una identificación de género opuesto.
Desde mi rincón existencial, Tijuana BC, Andrea Guadalupe, mujer con alma de niña.