domingo, diciembre 30

Para no morir antes del final.


 Tijuana BC. Dic. 2012.   Para no morir antes del final.

Escribo para relatar cómo estoy agonizando.

Puntualmente los augurios se cumplen y todo vestigio de vida, comienza a notar la destrucción de lo que era nuestro hábitat, nuestro mundo.

Movimientos telúricos resquebrajan a las ciudades, otras, sucumben a inundaciones.

Es la conclusión final del apocalipsis anunciado.

Hoy, ¿Qué puedo decir de mí?

Con la seguridad, confianza, libertad, que brinda la Internet, los teléfonos inteligentes, las redes sociales, mantenernos en contacto, sólo era una cuestión de voluntad.

Aunque, siempre, pospuse el tiempo para encontrarnos, nunca tuve el suficiente para descubrir quienes somos.

No pase de los iconos en las redes sociales levantando el virtual dedo pulgar en señal aprobatoria.

Ahora, el tiempo se ha terminado, en el cielo, una nube gris y roja se mantiene amenazante, todo intento de vínculo se tiñe de desesperación y terror.

Parece mentira estar frente al fin del mundo, y darme cuenta que no supe acercarme a quienes amo.

No me senté a escucharles.

El fin del mundo se acerca y un extraño dolor me recorre.

Pienso en que no fui capaz de romper esquemas, tampoco de alzar la voz contra las injusticias.

El temor y la desidia me carcomieron de manera anticipada.

La decepción me paraliza con su incoherencia, la intolerancia que tanto critique, ya no tiene lugar en este final.

El mundo es destruido con un odio que nunca imagine.

¿Sera justicia Divina?

¿Será el castigo por la porquería de hábitat que construimos quienes vivimos en está Arca de Nadie'?

Escribo para contarte lo que no podrás leer, aun y con eso, me dirijo a ti, porque mis palabras ya no tienen más refugio que aquí.

¿Cómo se te ha ido la vida?

¿En qué búsqueda?

¿Cuándo nos volvimos distantes, a pesar de todos los accesorios que hartan está existencia tecnológica?

Algunas personas, al enterarse del fin próximo, se han encerrado para practicar el suicidio colectivo.  

Otras, se han lanzado a correr desnudas por las calles, quizá, así se liberan de si mismas.

Los dueños de supermercados, se encerraron en sus negocios con armas en las manos.

Los policías, usan la fuerza para robar la comida que quedo en algunas casas.

Yo, veo pasar las horas buscando agua para tomar café, vagan quienes muestran fracturas por peleas, golpes y rasguños provocados como prueba inútil de la imposible salvación.

El mundo es ahora un abismo sin fin, en el que se habrán de ahogar  nuestros odios, frustraciones, complejos, prejuicios, miedo, vanidades…

El número de amantes crece de manera exponencial, a toda hora, a falta de alimento, el beso se vuelve necesario.

Es otra razón para no morir antes del fin que se anuncia en el temblor constante.

Todo lo que veo, se vuelve registro de muerte, muero en tod@s porque el miedo me tritura.

Los minutos, se han vuelto elásticos, se estiran sin limite para regalarme la angustia del no saber qué hacer, ¿En qué pensar?

Hay llantos como ecos, cables mortales que vuelan por el aire, muros que dibujan grietas en tercera dimensión, basura y ratas.

Estoy entumecida en esa inmovilidad propia de las victimas.

Nada tiene sentido, ya agote mi capacidad de gritar y todas las lagrimas posibles.

Mi lenguaje se seco, me canse de orar en todas las formas posibles.

No hubo respuesta o signo a mis hipócritas promesas.

El mundo se hunde en este fin anunciado por las profecías mayas.

Ya no queda sensatez.

En medio de está locura, iré a buscar ropa limpia entre los escombros, para que el ultimo suspiro, no me encuentre impropiamente vestida.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, Andrea Guadalupe, mujer con alma de niña.


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 

sábado, diciembre 29

Merry Crisis y Happy New Fear.


Tijuana BC. Dic. 2012.       Merry Crisis y Happy New Fear.  

Una vez más, ha llegado a mi vida la época de fin de año, una vez más, siento que voy a vomitar.

Falta poco para que acabe el año, y yo, aun no decido qué ropa ponerme para está fecha.

En mi infancia, escuche decir a mi mamá abuela que nunca saliera a la calle sin ropa interior limpia, por aquello de los accidentes.

¡Por ahí comienzo!

Desde la penumbra de mi rincón existencial, escribo con atención en el fluir de la luz entre las ramas desnudas de mi durazno niño, con la fina lluvia gravitando con el ritmo de una constelación en movimiento que propaga el parpado preñado de incoherencias y el amanecer macera.

La ventana, es una hoja en blanco, virginal folio, mientras la mortecina luz borra al mundo y lo restituye.

Suspiro, y del tiempo nace la historia, de ahí, se despliega la infancia que dibuja diferentes formas de vivir.

Lo digo como propietaria única de las vivencias propias.

Son recuerdos de otro tiempo, estoy consiente de mis pecados, así como también lo estoy de mi realidad.

No siempre he ganado, y, en ocasiones, me han ganado los rencores viscerales.

Viaje de añoranzas y quimeras que saben a nostalgias.

La mente abre sus alas al pasado…

La memoria es una fosa común, ahí van a dar convenios sin afecto, antiguos inquilinos de mi historia, rostros del  ayer, centellas que fueron a apagarse en las cuevas glaciales del horizonte, astros efímeros.

Fueron años mágicos, sólo que, como la magia no existe, se acabo pronto.

Ya no me rio como antes lo hacia en el pasado.

Hoy soy alguien que le teme a Hannibal Lecter y a las serpientes surgidas de la sangre de la cabeza de Medusa, al ser transportada por Perseo.

Me provocan terror en las películas y me paralizan las personas que actúan iguales.

A menudo, durante mis ensayos de muerte, mis sueños, son una cascada interminable de palabras en narrativa.

Me habría gustado aprender a escribir, sólo que mi capacidad intelectual, no alcanzo para tanto.

Ahora, los relojes en mi vida están descompuestos, corren muy de prisa, se comen las horas como pirañas en cuaresma.

En mi lejana infancia, los días eran más lentos.

Recuerdo la luz de la mañana y el sinfín de juegos que realizaba hasta que llegaban las sombras de la noche.

Ahora, el reloj está tronado, las manecillas se volvieron locas, el tren va a toda velocidad.

Una vez más, ha llegado a mi vida la época de fin de año.

Consume, corre, corre, no te detengas.

Compra, compra más.

Si amas, demuéstralo, regala lo nuevo, tiene descuento por supuesto.

¿Ya conoces lo que acaba de llegar?

Demuéstralo, ¿Qué esperas?

Corre más rápido, se te acaba el tiempo, ¿Cuántos seres queridos tienes?

¿No se los vas a demostrar?

Consume, compra, compra más.

Queremos que gastes mucho para probar que amas a tu familia.

Una vez más, siento que voy a vomitar.

Para este año, en el que no habrá más que el ruido de mis vecinos celebrando, he decidido ofrecerme como voluntaria para un experimento de hibernación.

Así que despiértenme cuando llegue febrero.

Micro dedicado a quienes esté 21 de Dic., se les acababa el mundo.

Encontraron su cuerpo sin vida, murió asfixiado.

Se trago sus propias palabras.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, Andrea Guadalupe, mujer con alma de niña.

 

  


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 

Arenas que van y vienen.


Tijuana BC. Dic. 2012.  Arenas que van y vienen.

Esté, es un día frio, lluvioso, gris.

Percepción de un conjunto de imágenes que establecen un dialogo con quien observa ese otro mundo que construyen las sombras.

Espacio físico y emocional de límites fluctuantes.

Formas inmersas en una diversidad de contextos hechizantes.

Paisaje desolado, escenario lapidario, seco.

Demasiada melancolía mientras el mar abandona su aspecto de postal.

Océano Pacifico, belleza absorbente, seductora, que hoy se encuentra abandonado, como anciano que muere sin remedio.

Mar capaz de hacerme olvidar el infierno que a tantas nos toca y se ensaña.

Océano Pacifico, mar hermoso y engañoso como amante que se va, como buen marido. Proveedor de imágenes con playas donde podrían quedar varadas las ballenas despistadas con el gozo de jugar en la extensa membrana horizontal, desnuda y de humedades descarnadas.

Mojándose de arena y jugueteando con holanes blancos, confeccionados de cristal de azúcar para su piel de sal.

Sentimiento de introspección que me estruja el alma.

Eco de dolor indiferente, imagen evasiva y autista que invita a cerrar la ventana, a olvidar los rincones del mundo.

Formas que jalan la vista hacia el vacio mientras dibujan danzantes que se transfiguran en arenas que van y vienen con las olas.  

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, Andrea Guadalupe, mujer con alma de niña.


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 

domingo, diciembre 2

COCUT LGBTI. A.C., y la Homofobia.


COCUT  LGBTI. A.C., y la Homofobia.

 

La homofobia, como cualquier otra forma de intolerancia hacia otr@s, es un comportamiento destinado a mantener un ideal de sociedad similarmente estructurada.

Y para lograrlo, se organizan fronteras que delimitan un adentro y un afuera.

 Un afuera al que se destierra a quien no forma parte del ideal social.

El adentro necesita mecanismos de exclusión que marquen la diferencia de la otra persona que es deshumanizada al presentarla como inferior, anormal, contraria a la naturaleza, inversa a todo lo que significan los valores humanos y se impide así cualquier identificación o empatía con el grupo excluido.

Así, la homofobia se emite alrededor de emociones, creencias, prejuicios, convicciones, fantasmas…, de conductas, actos, prácticas, procedimientos, leyes… y de un mecanismo ideológico, teorías, mitos, doctrinas, argumentos de autoridad….

En estos momentos, con la conquista de derechos y la progresiva visibilidad social y cultural de la homosexualidad, ésta ha dejado de estar en el centro de la cuestión.

Y ahora nos ocupa la homofobia.

Se asume que la homosexualidad no es el problema; ahora la cuestión objeto de debate es la existencia de la homofobia.

 La homofobia es el principal obstáculo para que a pesar de la igualdad legal de la que disfrutamos, nos quede mucho para poder hablar de Igualdad.

La homofobia que queda en nuestras sociedad es mucho más fuerte de lo que en general estamos dispuest@s a asumir y existe de manera individual, en personas que muchas veces no son conscientes de ella y también pública: la que se da en el Estado y sus instituciones.

Debido a los avances en derechos LGTB, la homofobia más evidente ha pasado a ser propiedad de las personas más inadaptadas sociales que se manifiestan violentamente;  aunque, eso no quiere decir que haya desaparecido.

Hay una homofobia sutil que transmite una cierta tolerancia que dice respetar, a cambio de atribuir un lugar marginal y silencioso.

Es la homofobia de esas personas que afirman pomposamente el derecho de cada un@ a hacer lo que quiera en su vida privada, sólo que al mismo tiempo, se les hace intolerable contemplar la ocupación visible y ruidosa del espacio público.

Es, la homofobia liberal de quienes piensan que la homosexualidad como comportamiento privado es legítima, sólo que, como comportamiento público, es desestabilizador del orden.

La homofobia liberal está condensada y expresada en esas preguntas: "¿Por qué tienes que decirlo? ¿A quién le importa lo que eres?

La respuesta obvia es: a todos: al Estado, a la familia, a los amigos, a los compañeros de trabajo…

A la famosa pregunta "¿Por qué tienen que divulgarlo? ¿Acaso yo publico mi heterosexualidad?,  la respuesta es también: sí, la heterosexualidad se transmite constantemente.

Este es un régimen sexual apoyado en la visibilidad constante de la heterosexualidad, en un ritual indeleble, exteriorizado,  actuado, contado…

No es una casualidad que cuando un hombre y una mujer van de la mano por la calle o cuando se besan, muestren con despreocupación su heterosexualidad.

Naturalmente que la heterosexualidad no tiene que salir del armario ya que el espacio público es todo suyo.

 Somos las personas LGTB las encerradas en armarios, y para conquistar el espacio público que nos corresponde no hay otra opción que hacernos visibles y cuanto más, mejor.

Aunque también, es cierto que la mayoría de las personas tenemos cierto grado de homofobia inconsciente  ya que ésta se inscribe en la misma construcción del equilibrio emocional,  especialmente del masculino.

La homofobia, para acabarla, requiere, de una labor consciente de reconstrucción del propio yo, que no todo el mundo quiere o puede hacer.

La homofobia, aunque no sea dirigida a nadie en concreto, se constituye así como una especie de vigilancia de género.

Por eso, cualquier manifestación pública de la homosexualidad les resulta a muchos incómoda,  porque amenaza con debilitar un edificio inestable que much@s levantan con sacrificio y dolor: con la negación de una parte de sí mismos, con la negación de sentimientos que son puramente humanos.

La visibilidad de la homosexualidad les hace daño porque demuestra que esa pendiente por la que cualquiera podría caer, está ahí. 

La heterosexualidad obligatoria, como sistema represivo, oculta de manera casi perfecta el armazón ideológico sobre el que se construye; cuanto menos evidentes sean los andamios sobre los que se levanta cualquier construcción ideológica más natural nos parece y, por tanto, más difícil nos resulta enfrentarnos a ella. 

El objetivo que tiene como fin, es  mantener un sistema de sometimiento y parecer natural. Es violencia amortiguada, insensible e invisible que se ejerce básicamente a través de los caminos simbólicos de la comunicación y del conocimiento o, más exactamente, del desconocimiento y que las condiciones de existencia más intolerables puedan aparecer a menudo como aceptables, por no decir naturales.

Por eso, la homofobia existe y está muy viva.

Cuando la homofobia está desacreditada, es difícil hacer entender a la sociedad que por muy discriminado que esté social o culturalmente, cualquier miembro de una minoría tendrá por lo menos el apoyo y la estimación de su comunidad.

Las personas LGTB formamos comunidades, aunque no surgimos de ellas y no es hasta tener ya cierta edad cuando conseguimos encontrarlas y aprendemos la manera de integrarnos.

Si hay una experiencia que hemos compartido en algún momento de nuestra vida es la experiencia de una profunda y aterradora soledad.

Por eso necesitamos del apoyo para formarnos como ciudadan@s plen@s que tenemos derecho a desarrollarnos en libertad e igualdad.

En nuestra ciudad y Estado, no existen políticas públicas a favor de la igualdad LGTB y en contra de la homofobia, con lo que se sigue manteniendo la idea de que esta lucha es cosa nuestra, de que sólo nos incumbe a nosotr@s.

Si bien es normal que se nos financie para trabajar contra el sida, el Estado tuvo que asumir también que le corresponde abanderar la lucha contra esta enfermedad.

 Lo cierto es que por mucho dinero que se nos de para desarrollar programas, no podemos educar, ni podemos denunciar cada actuación discriminatoria; ni podemos controlar las imágenes culturales, ni el lenguaje...

Es hora de decir que los niños y adolescentes LGTB existen; que detrás de cada adulto que es homosexual o transexual ha habido un niño o niña que ya lo era.

Y tod@s sabemos que esos niños y niñas siguen sufriendo mucho, siguen siendo víctimas de acoso, siguen sumid@s en el silencio más absoluto, lo que les hace especialmente vulnerables a los abusos, a la infección por VIH, al fracaso.

 Los adultos sabemos protegernos, disponemos de información, los niños no y el resultado es que los adolescentes LGTB son tres veces más propensos a las tentativas de suicidio que sus compañeros heterosexuales.

El colegio sigue siendo un desierto de soledad y miedo para los niños y adolescentes LGTB. Por eso nos queda mucho por hacer.

Porque queremos vivir nuestras vidas con dignidad y respeto.

Andrea Guadalupe.


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.