sábado, junio 30

Preguntas sin respuestas.



                                

 

Tijuana BC. Jun. 2012. Preguntas sin respuestas.

Hace un tiempo, escuche que había varias formas de viajar.

Y yo, que tan sólo era un conjunto de grafías, sin capacidad de decisión, me subí al primer tren que pasó por mi estación.

Me entregaron, y unos ojos envueltos en lágrimas, me hablaron de la emoción que supone recibir un correo.

Luego me guardaron en una cajita de metal, donde, de cuando en cuando, descubro esos mismos ojos que me dieron vida al leerme.

Y me hablan de la alegría al recordar a esa persona que en la distancia se acordó, y escribió...

Un  retraso me dejó a las 3 de la madrugada sin alojamiento posible.

Dispuesta a pasar la noche en el pick up,  me refugie en un lugar apartado.

En mis sueños, divagué, una y otra vez, que  daban golpes leves en la ventanilla.

Golpes que lograban despertarme, sin alcanzar  ver a nadie tras una niebla inexplicable.

Al amanecer, vi que me había detenido  a las puertas de un cementerio.

Agité cucharillas en cafés que no llegaron.

Esperé en bancos de madera crujiente.

Bajé Lunas blancas en noches de café negro.

Elegí estrellas con rastros de caramelo, mientras caía en espirales de muchos por qué sin respuesta.

Al final, me tomé un café en un banco mientras miraba la luna de noche y las estrellas me dijeron que, si después de todo no encontraba las respuestas no debía seguir haciéndome más preguntas.

Soy originaria de una tierra tropical, y conocí las verdaderas nevadas, en la sierra de Sonora, experiencia que, laborando, me costo una grave neumonía. 

Mis compañeros de trabajo, me dejaron al cuidado de una anciana cocinera, al borde del desahucio, sólo un milagro podía salvarme.

La anciana lo sabía y venía todas las noches con su hechicero a hacerme beber brebajes y bailar danzas extrañas.

Yo lo sabía y rezaba a mi Dios.

Al cabo de casi 15 días estuve curada.

La gente del  rancho, del Trigo del Codorepe, pensó que el espíritu de su tribu me había salvado.

Yo pensaba que tal vez mi Dios había intercedido por mí ante la muerte.

Sin embargo, al despedirnos, ocurrió algo excepcional.

Nos estrechamos las manos, y pude sentir, cómo en una misma mano, habitaban dos dioses.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde hoy, intento no hacerme preguntas sin respuestas.

Andrea Guadalupe.


 

jueves, junio 28

Feliz Día Internacional de la Dignidad Humana.



 

Tijuana BC. Jun. 2012.    Feliz Día Internacional de la Dignidad Humana.

 

Está documentado en la historia que todo comenzó en un pequeño bar en Greenwich Village, Nueva York.

En un local llamado Stonewall Inn, donde personas fantásticas, solían reunirse.

Dicen que todo comenzó ahí, tras un disturbio donde los maricones, las mari machas y las vestidas, toda esa fauna inservible a los ojos de las buenas consciencias, levantaron los puños contra los abusos del poder.

 Ocurrió un 28 de junio de 1969 y trascendió como la famosa Revuelta del Stonewall Inn que resultaría, años más tarde, en el Día Internacional del Orgullo Gay, también conocido como Gay Pride y que, traducido como Orgullo Gay, ha generado más confusiones que puntos de unión.

Uno de los principales a este término ha sido la imposibilidad de estar "orgullos@s" de una determinada orientación sexual, o identidad de género.

¿Se puede estar orgullos@ de una preferencia sexual, o de la identidad genérica?

Claro, como de un color de ojos, del tamaño de la nariz, un tatuaje o un determinado color de piel. 

Asociar este significado con el concepto "Gay" le otorga una cierta simpleza o una insignificancia desoladora.

Sin embargo, podría dársele una vuelta de tuerca y entenderla mejor como sinónimo de "Dignidad"

Claro, esto desplegando las palabras; pues para eso son, para usarlas.

Si nunca has sido atacado por tu orientación sexual o tu identidad de género, tu "masculinidad" o "feminidad", sea con un comentario, una risita, un golpe o una cuchillada, difícilmente puedes entender esta cara de la palabra "Orgullo".

A lo que voy: "Dignidad" puede ser sinónimo de "Orgullo" cuando entendemos a la dignidad como una respuesta a las humillaciones y continuos ataques que llegan por todos lados. Implica un proceso de: "empoderamiento"; término utilizado para definir el momento en que se sacan fuerzas de sí mism@ o el medio, cuando se despierta la consciencia del derecho a existir, y se busca la manera de sobrellevar las situaciones hostiles; es decir, cuando se dice ¡Basta!, como la mujer que abandona al esposo por golpearla.  

Entonces, al ser consciente de su dignidad cobra esta actitud, ¿Orgullosa?… Pienso entonces, en cómo debe sentirse eso.

 A eso, creo, se refiere el Orgullo Gay, que creo, seria mejor llamarle: Dignidad de la Diversidad Sexual.  

Además, bajo el término gay se oculta a múltiples sectores que no hemos tenido una voz clara en el movimiento; las lesbianas, el colectivo Trans (Transgénero, Transexual y Travesti), las y los bisexuales y la población Intersexual.

Incluso, dentro del llamado ambiente gay somos denigrad@s, mal vist@s e, incluso, discriminad@s.

De ahí que creo yo, sea preferible hablar de la Dignidad de la Diversidad Sexual, en vez del "Orgullo Gay", un término donde todos cabemos, incluso las personas heterosexuales. Pensar bajo el esquema de la Diversidad significa pensar en una serie de encuentros y desencuentros, de continúo debate y continuos acuerdos.

Porque buscar un término que englobe a un grupo de personas es prácticamente imposible.

Y no porque una actividad sea mejor que la otra, tan sólo que la orientación sexual, o la identidad de género, no basta para agrupar.

Aunque el hecho de compartir una posición de "desventaja social" puede llevar a la construcción de una sociedad que se reconozca así misma como diversa.

 Reconocer nuestra dignidad, así como la ajena, parece ser una buena utopía…

Feliz día internacional de la dignidad humana.

Por una lucha LGBTTTI…unida. Andrea Guadalupe.

                                           

 
 

martes, junio 26

Una persona y un libro.


             

 

Tijuana BC. Jun.2012.  Una persona y un libro.

Con la mirada perdida en la luz de un atardecer moribundo, coloreado de malva entre resplandores lejanos que pronostican lluvias, y con las primeras sombras de la noche en el silencio, que son cómplices de la memoria como la inactividad.

Los recuerdos se agitan para revivir entre el débil fulgor de una luna aprisionada entre nubes.  

Me he enterado de la muerte de Ray Bradbury, como todo fallecimiento, lamentable.

Una característica significativa en su vida, fue la destrucción de sus libros, como una critica al control ideológico del Estado y sus mecanismos.

Un reclamo contra la censura y la represión que padeció.

Su mente inagotable, se actualiza en el contexto de su resurgida crítica que parece explorar desde el 2053, aunque se haya escrito un siglo antes: ¨El peatón¨, otro mundo feliz.

…en una ciudad de tres millones de habitantes, sólo había una patrulla.

Un año antes, en 2052, el año de la elección, las fuerzas policiacas, habían reducido su número de tres a una.

La ultima unidad del Estado, tiene la tarea de recluir al hombre diferente, que se pasea tan sólo para tomar aire bajo la luna.

En: Fahrenheit 451, la misión del Departamento de Bomberos, es quemar libros y bibliotecas, relacionados con el fomento de actitudes anti sociales.

Junto con: Crónicas Marcianas y Fahrenheit 541, son sus trabajos más celebrados.

Ray Bradbury, el hombre ilustrado que fue, fue también un autor que en su libro: Zen, el arte de escribir, compartió experiencias de escritura creativa, como un ejercicio más de su generosidad post mortem.

Ama lo que haces y haz lo que amas.

No escuches a nadie que te diga que no lo hagas, haz lo que quieres, imagina lo que quieres, y constrúyelo.

De esta manera lo recordare y volveré a leer sus relatos.

Sólo hay dos cosas con las que una se puede acostar: Una persona y un libro.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe.

 

domingo, junio 24

Me perteneces porque te pertenezco.



                

Tijuana BC. Jun. 2012       Me perteneces porque te pertenezco.

 

Tú, que dejas tus comentarios…conoces mis secretos y te lo confieso: te pertenezco.

Tengo el inmenso honor de pertenecerte, no te digo si te echo de menos, te digo simplemente lo preciso.

Me perteneces como yo te pertenezco.

Te poseo: Me excito si lo pienso y te conviertes en mi final.

No te veo, no te oigo, no tengo ese olor, no te beso, no te toco, sólo que me perteneces por derecho.

Eres mi deseo, y mi deseo es mío.

De ti, tomo el color de piel, robo el olor y el tono de voz, aunque los formo con mi mente.

Y así, te conviertes en mi deseo perdido, en el dolor eterno de mi noche, en el libro prohibido, en mis escritos, en mí, y te invento como menos me destroces.

Te conviertes en mi intenso deseo secreto, en mis noches tristes sin ti, en los sollozos que no oyes, y en los gemidos que deseo escucharte.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde me perteneces porque te pertenezco, y porque te pertenezco me perteneces.  Andrea Guadalupe.

                    

 
 

sábado, junio 23

Soy uno y a la vez, otro, órbita y contorno.


Tijuana BC. Jun. 2012.    Soy uno y a la vez, otro, órbita y contorno.

La circunferencia, es la curva cuyos puntos son equidistantes del centro.

El círculo, es la porción del plano comprendido y limitado por la circunferencia.

Soy uno y a la vez, otro, órbita y contorno.

No sé cuando me metí aquí, creo que ya perdí la noción del tiempo que llevo rasgando las paredes.

Cada día, es sólo una marca más en el muro de mi mazmorra, cada día, más pequeña.

La luz, entra por una grieta, y a veces sueño con tener el valor de mirarla con mis ojos.

Sólo que mi mirada, no se aparta del suelo, de las paredes, de las marcas.

A veces, el reflejo de una estrella fugaz, me pasa rozando para seguir recorriendo el Universo.

Me indica que sigo viva, que no solo estoy muriendo.

Hace ya una eternidad, me recosté sobre las piedras de mi prisión, pensando que el miedo es una sombra que me persigue de toda la vida, que se agranda o reduce en función de los rayos del sol, y ahora…es de noche.

Y no, no es el silencio, es el adiós para siempre el ruido más constante que abre las grietas en mi alma, vertiendo sin cesar, los recuerdos más tristes.

Hace una eternidad, me recosté sobre las piedras de mi prisión, y soñé con lo que podría haber más allá de la grieta, tras los muros, tras la circunferencia.

Desde mi rincón existencial, Tijuana BC. Andrea Guadalupe. 

                                                 

 
 

¿Qué dirá la gente?



      Tijuana BC. Jun. 2012.  ¿Qué dirá la gente?

 

Llevaba tanto tiempo a tu lado, que cuando decidí separarme de ti, creí que te iba a extrañar.

Nada más alejado de la realidad.

Primero, me plante frente al espejo para reconocer mi situación ante tu mirada afligida que adivinaba ms intenciones.

En un principio, fue dolorosa mi confesión, el pago, fue sentirme bien.

Cuando tuve oportunidad, la primera en saberlo fue mi madre, y resulto una linda experiencia.

Entonces, decidí decírselo  mis amistades, aunque, no entendieron, algunos aceptaron.

Eufórica, abrí la ventana de par en par y lo grite a los cuatro vientos.

¡Que lo supiera el mundo!

No más miedo al: ¿Qué dirá la gente?

Cuando ya no quedaba nadie por enterarse, ella no tuvo más alternativa que buscar  quien la necesitara para existir.

La despedí nerviosa, sonriente, invadida de felicidad.

La salude de mano mientras se iba, mientras se alejaba cabizbaja.

Renuncie a vegetar una vida que no es mía, no más sueños, no más ocultarme.

Adiós mentira, adiós.

Hoy, ha salido el sol en mi alma, y todo lo que ha sido fertilizado, pronto florecerá.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial.

Andrea Guadalupe.                                    

 
 

viernes, junio 22

…tu amante ocasional.


Tijuana BC. Junio 2012.        …tu amante ocasional.

 

Concurren pasiones intensas, que se ocultan bajo mí piel, agitándose en las profundidades de mis entrañas.

Existen silencios inquietos, que recorren mi ser como un trastorno que colma la piel y se lleva mis palabras.

Existe una grieta en mi cuerpo, que tus manos cubren y liberan la sensibilidad.

Se hallan rincones clandestinos, nublados con una fina luz, que liberan la nostalgia.

Algunos, se van, y sólo quedan tus palabras, el sudor de tu frente, el reavivarse de tu mirada, la fragancia de tus besos, y mis manos queriéndote buscar en medio de la nada.

¿A donde fuiste dejándome en tan oscura penitencia?

Poco importa eso, no hay un segundo que perder mientras permanezcas conmigo.

Llenas mi mente de ilusiones, me colmas de sueños, dulce esperanza que alimenta mi alma.

Tu abrazo me aleja del mundo, y me lleva a la fantasía en la que todo controlas.

Tus susurros, iluminan el camino.

Acompáñame alejando de mí las inquietudes que espantan.

Acércate otra vez y hazme sentir amada, aunque sólo sea…tu amante ocasional.

Porque tú, clavas tu voz en mi piel, tu mirada en mi garganta, tu aroma en mis labios, y se instala, mi imaginación en tus manos.

Porque llevo en la punta de la lengua un tango desde que te conocí, desde Tijuana BC, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe.


                                                

 
 

lunes, junio 18

Contamos todas las estrellas cada noche



                          Jun. 2012.       Contamos todas las estrellas cada noche

Con las luces apagadas, abrazadas en la oscuridad, nos cobijamos en una noche estrellada, idónea para amparar buenos recuerdos y las mejores escenas de pasión.

Mariposas huidas de mi estómago, revolotean impúdicamente a tu alrededor  entre las sabanas.

Descubres una nueva constelación.

Soles hasta entonces invisibles, surgen vibrantes  ante ti…entre los lunares de mi espalda.  

Desde algún lugar de BC, mi rincón existencial, donde contamos todas las estrellas cada noche.

Tú nunca acabas, yo nunca empiezo.

Andrea Guadalupe.          

 
 

domingo, junio 17

¡Soy una romántica!

 Jun. 2012.  ¡Soy una romántica!

Las tinieblas surgen de los rincones, y entre ellas, se dibuja el perfil de tu rostro.

Es únicamente un recuerdo etéreo, insustancial, aunque casi puedo sentir el roce de tus labios.

Te acaricio, te beso…Jadeante, me ahogo en tu vientre…

La sombra se desvanece como una primavera adolescente, y la soledad, acompañada de  la frustrante realidad me embiste obstinada y cruda.  

Más allá, sólo encuentro nostalgia e impotencia por mis recuerdos y mis ocasionales sueños.

No cabe duda, ¡Soy una romántica!, ¿qué se le va a hacer…?

Pase la noche soñando en tener sexo contigo…aunque no lo hice.

Y con esta narración, sólo pretendo demostrar una cosa…

¡Que soy una romántica!

Es todo por ahora, gracias, prosigue con tu vida, lector constante.

Desde algún lugar de BC, mi rincón existencial.

Andrea Guadalupe. 

 
 

sábado, junio 16

Toda una mi vida sin vernos.


 

 Jun. 2012         Toda una mi vida sin vernos.

Nuestros caminos se cruzaron por casualidad, era ya tarde para pasear y temprano para andar de juerga.

Fingimos conocernos.

¡Hola!

¡Hola!

Después de cinco minutos  de hablar del clima, de la brisa marina, de conversación fingida, decidimos despedirnos.

 Me alegro de verte, sólo que tengo que irme, dije yo.

¡Yo también! ,  respondiste, yo también me alegro de verte.

Parece mentira que lleváramos toda una mi vida sin vernos.

Si, mira qué cosas.

Por cinco minutos nos conocimos y fuimos viejas amistades.  

Por cinco minutos mostramos lo fácil que es extrañar a alguien a alguien, aunque en realidad, sea mentira.

Desde algún lugar en BC, mi rincón existencial, donde estoy convencida que, escribir, es luchar contra la ausencia, llenando el espacio de narrativa.

Garabatear es un versus la muerte necesaria para seguir viva.

Andrea Guadalupe.

                                           

domingo, junio 10

Cuántas confidencias....cuántas historias....


Jun. 2012.             Cuántas confidencias....cuántas historias....

No hay duda... los momentos más impactantes de mi vida, han transcurrido  alrededor de una taza de café... Y alrededor de una taza de café también he sentido algunas miradas... y me he preguntado si detrás de esa mirada había una ventana a alguna emoción escondida...
Y muchas veces, con la sola compañía del café, me he encontrado a través de su color y su aroma  con la mirada nostálgica enfocada al infinito... recordando aquellos momentos en que fui tan feliz alrededor de una taza de café humeante....

No hay duda....Una taza de café siempre es mucho más agradable si es compartida en una conversación absolutamente especial... mágica, misteriosa e inexplicable....

Creo que desde siempre...el simple hecho de quedar con una amistad y saber de nuevo de su vida... está asociado prácticamente siempre a buenas vibraciones... Cuántas confidencias....cuántas historias....e incluso cuántos recuerdos compartidos...así se han forjado grandes amistades... También una taza de café acompaña en las penas y en la soledad...y si te fijas en alguna persona solitaria...adivinas que....a través de ese aroma humeante puedes mirar a la gente de tu alrededor...adivinar felicidad y tristeza....vidas ajenas alrededor de esas tazas de café....
Con la cuchara del café, esta mañana, revolvía su lento caminar en círculos perezosos, mientras lamía suavemente el vientre de la taza.

Mis manos acariciaban despacio su espalda, deslizándose inconscientes sobre ella para sentir su calor.

Nunca la sujeto por el asa, siempre como un cuenco.

Siempre con la yema de los dedos, menos cuando me quedo introvertida.

Entonces la sujeto con toda la palma, aspirando despacio ese aroma que huele a entrañable tranquilidad inquieta.

Besé su sabor mientras distinguía su vaho cálido ascendiendo susurrante hasta hacerme cosquillas en la nariz.

Después, dejé escurrirse despacio su sabor dentro de mi boca que casi inaudible, comenzó a decirle cosas a mi lengua mientras la recubría de un sabor antiguo, largo, profundo... con aromas sutiles de lejos.

Sin darme cuenta, comenzó a jugar al escondite entre mis dientes y... telegrafió en Morse a mi cerebro.

Y es que hoy...Amaneció el día con ojos de sol y pestañas rizadas.

Tan ensortijadas, tan largas, tan dobladas hacia arriba que me hicieron cosquillas en la base  del cerebro.

Hoy sentí una sacudida al ver amanecer tan azul la mirada de la brisa que me saludó al abrir la ventana.

Y es que...Amaneció el día con ojos de sol y pestañas rizadas.

Tan ensortijadas, tan largas, tan dobladas hacia arriba que me hicieron cosquillas en el corazón del cerebro.

Sentí un escalofrió al ver amanecer tan azul la mirada de la brisa que me saludó al abrir la ventana.

Siempre me asomo a la ventana en cuanto me levanto.

Esa hora me gusta, es mágica.

Mientras casi todos duermen, aun.

Mientras apenas nadie camina por la calle y todo tiene esa cadencia lenta y aletargada.

Ese movimiento que aun no ha comenzado a moverse.

Como si los problemas dormitaran bajo el asfalto y la vida no tuviera ningún peso que soportar en el dobladillo.

Ese que a veces se nos llena de gravilla y pesa tanto, sin saber por qué.

Casi nunca desayuno mañanas... las bebo tan deprisa  escondidas entre el café... Que ni me entero.

Hoy, no. hoy quise sentirla en detalle, despacito... Quería saborear recuerdos de sonrisas conocidas, de miradas que acarician,

Esta mañana mientras tomaba el café, me pegó un pellizco la nostalgia y... se me nubló el cerebro, la garganta se me hizo un nudo y tuve que irme rápido, salir a toda prisa, correr escaleras abajo antes de que me empezaran a... Llover los ojos.

No podía permitir que esta mañana de sol y pestañas rizadas se me mojara.

Al llegar a la calle... El sol, con toda  la fuerza de su luz, me dio  un pestañazo en la cara, cerrándome los ojos y estirándome  la sonrisa

Mientras pensaba... ¡Vaya si seré boba!

Desde algún lugar de BC, mi rincón existencial, donde puedo contemplar el sol ocultarse cada tarde tras las islas Coronado, mientras sus rayos se desparraman sobre las aguas del Pacifico, cuyas olas no suelen conocer un momento de paz.

Andrea Guadalupe.


                                              

 
 

viernes, junio 8

Escribir nunca me dará de comer, y sin embargo, ni dejaré de comer, ni renunciaré a escribir.

Junio 2012.   Escribir nunca me dará de comer, y sin embargo, ni dejaré de comer, ni renunciaré a escribir.

No he vuelto, porque nunca me marche, estaba fuera de todo, básicamente del mundo, principalmente del mío.

Ahora estoy frente a una hoja en blanco, en mi mesa de trabajo, acaricio con las manos una taza de humeante café, y me espera inquieto mi porta minas.

Un café, parte central de mi vida, compañero en las buenas y las malas, siempre presente en los momentos de reflexión.

¿Qué puede haber más satisfactorio que dejar naufragar los pensamientos con  una deliciosa y aromática taza de café?

La estufa está apagada, la tarde se resiste a irse, el clima es agradable, ya no me congelo del todo.

En su lugar los libros me observan, o quizá no lo hagan y simplemente lo imagino, en todo caso, ahí están, donde siempre y en el orden de siempre, monótonos.

Por eso me miran.

Recuerdo que, en mi infancia pasada, ups, hace cerca de cien años, quería ser mayor, y ahora que no soy nadie, quisiera no haberlo deseado.

Escribo esto porque suena a melodía vieja, y porque las viejas melodías me trasladan a momentos nostálgicos  últimamente.

No escribo otras cosas porque me repito si lo hago, y sinceramente, no se me antoja, y no quiero que suceda.

Y continúo frente a una hoja en blanco,  juraría que se sonríe, aunque como no tengo por costumbre tutear a una hoja en blanco, me callo y no pregunto.

Una nunca sabe que esconde esa hoja, quizá sea bueno, y no es conveniente intimidar antes de tiempo.

Así que la miro y dejo que ella me observe, mientras, me pregunto si querrá prestarme sus letras.

Y dice algo y yo escribo, y después guardo el documento a la espera de otra hoja en blanco más compasiva que esa que fue incapaz de hacerme una señal y darme una sola frase digna de ser escrita, leída, y recordada.

 

Tengo unos cuantos dedos y unos cuantos años, más años que dedos.

Tengo días en los que puedo comer para satisfacer el hambre, y otros que soy yo quien es comida por el hambre.

Tengo memoria y es menos selectiva de lo que a veces desearía.

Tengo dedos.

Mis dedos siempre suelen ser los mismos, la gente, no.

Hoy podría utilizar mis dedos para contar gente, sin embargo la palabra gente abarca demasiado espacio y ni con mis dedos ni con dedos ajenos, podría contar toda la gente que conozco, aún si quisiera clasificarla en grupos: familia, amigos y  enemigos, mis dedos y los añadidos, no serían suficientes.

No voy a contar cuantos somos en mi familia, somos muchos, a veces demasiados, a veces faltamos la mitad, somos una familia dispersa.

No voy a contar amigos, prefiero que ellos me cuenten cosas, que me abracen y uno a uno, sumados, me recuerden que me faltan dedos.

No voy a contar enemigos, entre otras cosas porque ya perdí la cuenta y, porque aún no he encontrado ninguno que se merezca el honor de ser etiquetado junto a mi nombre.

Y, evidentemente, no voy a contar conocidos porque no acabaríamos nunca.

Sin embargo me miro los dedos y siento una necesidad exigente de hacer algo con ellos, y no precisamente tejer.

Hoy voy a utilizar mis dedos, uno concretamente, para señalar.

No para acusar.

No para herir.

No para ofender.

Sino para despedir.

Mi dedo índice se dirige hacia alguien y señala.

Mi voz se levanta firme y clama: Tú no, tú no, tú no...

Y entonces deja de ser necesario contar nada, ni si quiera la historia que me hizo despertar contando cosas.

Durante la tarde, el viento ha silbado sin cesar entre las peñas y  es ahora un aire transformado en vendaval.

La corriente provoca repentinas turbulencias que reúnen en un mismo remolino arena y algunas ramas secas en una nube de polvo.

Desde algún lugar de BC, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe. 

                                              

 

martes, junio 5

Tal vez lleve mucho tiempo sin darles un abrazo…


Jun. 2012.

Me gusta cuando escribo por necesidad, es un desahogo desde del alma.

He vuelto a sentir la necesidad de escribir, y no voy a negar que lo que más me cuesta es empezar.

Me gusta escribir porque me permite inventarme un universo paralelo donde todo sigue un orden perfecto.

Voy dibujando el lenguaje hasta convertirlo en esa quimera que cobra vida.

 Voy mimando la prosa hasta arroparla, entre sábanas de seda, en el centro neurálgico del tema.

Otras veces, escribo sumida en un ambiente que me invita a ello, como por ejemplo, una frase que me ronda, donde voy dándole forma a los diptongos y los acentos.

Y entonces, con el tacto que mi talento me permite, saco mi porta minas y escribo.

 Conteniendo el aire, sin respirar ni un momento por miedo a que se escapen las palabras disfrazadas entre el dióxido de carbono contaminado de los pulmones.

Puedo escribir, por ejemplo, de un triángulo equilátero casado con un rombo, y que juntos, en silencio, conversaban de todo aquello.

Y entonces apareció la luna en el cielo,  llena de sueños, y por cada vez que hacía escapar un suspiro, corría de su aliento una nota musical que dibujaba, sobre la mesa, un poema…

Sueño con un texto brillante, perfecto de principio a fin.

Sueño que lo compongo, que lo pronuncio, que lo desnudo, que lo firmo, que lo lees y hasta que lo sueño.

Sueño con poder hacerlo mientras me conformo con leer a los grandes de siempre y los de ahora.

Llevo tiempo sin escribir porque no sé de qué o cómo hacerlo.

Han resultado inútiles todos mis intentos.

Hoy escribo de por qué no escribo.

La inspiración viene y va a quién fue tocado con su magia, a otras, nos toca perseguirla.  

Hoy escribo en busca, quizá, de encontrar un motivo que me haga escribir de nuevo.

Hoy combino todos los ingredientes para escribir: Rabia, dolor, fracaso, despedida, descuido… En mi derrota conservo un solo motivo para no hacerlo, me lo prometí a mí misma.

Con una taza de café en la mano, y con el sabor en los labios de su último beso, añado un recuerdo amargo y lo agito…suspiro, y brindo a la salud de su olvido.  

Tal vez lleve mucho tiempo sin darles un abrazo, tal vez, deba seguir buscando mi lugar entre sus pensamientos.

Desde algún lugar de BC, mi rincón existencial, terruño que me adoptó, y al hacerlo, me lego sus mitos, miserias y la total vulnerabilidad del tránsito de cuerpos que sólo están de paso.

Andrea Guadalupe.