domingo, mayo 31

Después del único beso


Tijuana BC MAY/009.               Después del único beso

 

Observo mi noche sin estrellas,… solo tengo las luces artificiales que iluminan mi habitación para que,  de manera ilusoria,  no sentirme tan aprensiva.

La noche me atrapa, me besa, me abriga y la luz se enciende y se va la protección del vacío y me queda la nada sin nombre, muebles y sombras… Y duermo pensando que pronto llegará el mañana, que vendrá a quitarme los sueños, las risas, el aire y me besará el silencio…

El silencio eterno que viene después del único beso que mata: el de ella, el de la muerte, el de la Parca… Sólo que ella vendrá mañana… mañana y el mañana no llega y ella me mira otra vez, me sonríe otra vez, se aleja y sabe que mañana no llegará, que solo doy excusas… 

Que no me atrevo a acudir a la cita por propia voluntad, se ríe de mi alteración y pacientemente me espera… porque sabe que tengo otra fecha en su calendario, sólo que le divierte venir  y tentarme de cambiarle la fecha porque odia su rutina…

Yo, conociendo su juego, también juego y las pastillas para dormir eternamente las tengo sólo en mente… y ella, por eso se ríe, me saluda y se aleja.

Andrea Guadalupe.

 

 

 

 

 


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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En mis sueños

Tijuana BC May/009.             En mis sueños

 

 

Yo, Andrea Guadalupe, colecciona botones, antes, coleccionaba tazas para café según los lugares que visitara, sólo que las continuas mudanzas acababan con ellas.   

Sin saber como o cuando, inicie a coleccionar botones, siempre me doy ideas para encontrar alguno.

En las blusas que voy desechando, en las camisas que mi hijo va dejando, de vez en vez  consigo unos antiguos, otras ocasiones, encuentro otros más nuevos.  

No se recuerdo cuándo empezó mi gusto por los botones, lo cierto es que esta aventura es un secreto que oculto de todos mis conocidos.

Tan pronto encuentro un botón nuevo, lo guardo rápido en mi lata de conos aromatizantes que guardaba vacía para cuando la necesitara.

Claro, nadie sabe que la diversión empieza cuando la noche se hace presente.

Entre mis sueños, se  arrastra la lata hasta el borde de la cama, se destapa, y entonces…

Primero los botones se muestran desconfiados, sólo que poco a poco  van saliendo.

A veces despacio, otras veces saltan a como gotas redondas, también les gusta salir rodando como  bolita o girando como platos voladores.

 

Mis botones son muy juguetones; una vez que están afuera del escondite, empieza el show: primero hacen rondas, después se agrupan por colores y arman un arco iris en la alfombra de la habitación; se vuelven a desarmar

¡Y ahora en fila son un tren!

Cuando hacen una pila alta, ¡Sí que es divertida!

Uno se trepa encima de otro y la torre de botones se estiiiiiiira y se estiiiiiiira  hasta vacilar como un suspiro de enamorado; y si se me descuida, se inclina rápido para un lado y ya nada puede detenerlos, entonces: zazzzz!

Todos los botones al suelo.

 

En mis sueños, me gusta quedarme horas jugando con mis botones.

Dibuja con ellos caminos que van lejos, olas de espuma besando las playas, humo de chimeneas y paisajes enteras.

También me gusta cargarlos y llevarlos a pasear por la casa.

 

A veces sueño que mis botones son estrellas resplandecientes, entonces acomoda los más brillantes sobre una cartulina azul  y después me aleja para contemplar la noche de figuras radiantes y  agujereadas.

 

Claro, de tanto jugar, el tiempo pasa, de golpe ya casi amanece y debo levantarme para  iniciar mis quehaceres, entonces guardo uno a uno mis botones.

Eso sí, antes de tapar la lata, les saludo, y ellos, agradecidos, me regalan una pirueta.

Por suerte ya nadie los cose, no arrastran hilos ni ataduras, son botones en libertad.

Andrea Guadalupe.

 



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sábado, mayo 30

A los educadores pensantes, con cariño.

Tijuana BC May/009.  A los educadores pensantes, con cariño.

 

 

 

A lo largo de la historia del mundo Occidental, se ha trasmitido la imagen de personas pensantes, mejor conocidas como intelectuales.

En la Grecia antigua, lo fueron los filósofos, en la Edad Media, los clérigos,  en la actualidad empiezan a borrarse las fronteras que dividen el trabajo intelectual del trabajo manual, y en la sociedad del conocimiento, cualquiera tiene acceso a un conocimiento que se vuelve obsoleto.

Los pensantes griegos, fueron educadores, las congregaciones religiosas de la Edad Media, concentraron entre gruesas paredes el conocimiento e influyeron ideológicamente.

En el siglo XVIII, los intelectuales son científicos y hombres de letras.

En cualquier espacio, un intelectual, es una puerta a la reflexión, a la filosofía de Occidente de la cual somos herederos.

El ser pensante, es un conjunto de tensiones, de problemas, de incertidumbres en el horizonte de la vida actual, y es al mismo tiempo algo más que eso.  

Es la posibilidad de que una persona pueda decir cuáles son esos puntos sin resolver, y si es necesario, cuestionar, combatir, denunciar.

En una palabra; inquietar.  

La mayoría de seres humanos hemos sido educados para respetar las normas, reglas, pautas.

Un ser pensante, las cuestiona y confronta.

Eso es lo que hacen los mejores maestros en Harvard.

De personas así, aprendí formas de enfrentar al mundo que me quedaron como lecciones.

A cuestionar la sociedad y el poder.

A pagar el costo que implica defender mis ideas aunque el costo sea la marginación institucional, la falta de reconocimiento, y la envidia de los mediocres.

Y lo más importante, la congruencia.

A luchar por la concepción de un mundo más justo y equitativo.

A levantar la voz, aunque no este la sociedad acostumbrada a quienes es directa y honesta.

Que la zona de confort es la más placentera, y en ella nunca se esta.

A perder los egos para preguntarme que puedo hacer por las demás, como puedo transformar el mundo desde donde estoy.

A escuchar a las mentes jóvenes, porque enriquecen más con su frescura intelectual, que quienes se han desalentado mentalmente.   

A reconocer que no envejecer es atreverse a cambiar, es ver el mundo siempre con nuevos ojos, es crecer con otros.

En la sociedad del conocimiento, ser intelectual no es tener acceso a la información, lo ha rebasado la Internet; no es influir socialmente, You Tube posee gran poder; no es el saber tradicional, este se vuelve obsoleto.

Quien educa, debería estar ocupado en proporcionar herramientas intelectuales; de la capacidad de buscar información desplazándose en Internet, transformar en conocimiento la habilidad de pensar críticamente, aunque esta forma de pensamiento cuestione las ideas establecidas y desgaste lo que creemos, el monopolio de nuestros conocimientos.

Ahora se sabe que ningún maestro puede enseñar nada, sólo que se puede aprender de él si se quiere.

Se sabe que al salir de las universidades, el 70% de lo aprendido, ya es obsoleto.

Se sabe que hay competencias importantes, que ser analfabeta, significa no manejar tecnología de información, no hablar otro idioma, no aprender a aprender.

En la sociedad del conocimiento ser intelectual, será determinante para la configuración de un mundo más equitativo, porque el acceso a la información y la posibilidad de proporcionar el conocimiento, creara una comunidad de intelectuales influyentes a través de un blog.  

La educación se transformara radicalmente para ser dominantemente virtual, y se extrañara en mayor o menor medida, el privilegio de haber aprendido de hombres y mujeres.

Mis felicitaciones a quienes mucho instruyen, porque tienen mucho que dar, a quienes enseñan a cuestionar el mundo, sólo que también  a ser fieles a si mismos.

A los educadores pensantes con cariño.  Andrea Guadalupe.

 

 



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Historias de soledades compartidas.

Tijuana BC May/009.   Historias de soledades compartidas.

 

Cuando faltan las palabras, cuando sobra el silencio, cuando a solas estoy relegada o cuando a solas me encuentro, de ese encuentro conmigo, surgen estas narraciones, compañeros de viaje, que quizá sólo tú entiendas, que quizá sólo a ti pertenezcan, que quizá sólo tú leas cuando sin compañía te acompañes.
Acostumbro caminar mucho, aunque hay viajes que me llevan a mí misma.

Son esas experiencias en las que, apoyada en lo externo, recorro rutas interiores, caminos indescifrables, bordes insospechados.
Puede que sea uno de los viajes más hechicero, más cercano y menos conocido.

Quizá los paisajes calmados u ondulantes..., sean una buena excusa para recorrer algún camino interior.
Soy una suma de contradicciones; alguien en evolución que ama la vida.

Un ser igual y diferente a otros, una más, ni más ni menos...

La comunicación requiere un esfuerzo, quien lo hace incrementa su estilo, gana en coloraciones, es capaz de pintar sus palabras con una escala de sensaciones cada vez más enriquecido.

Quiero hacerlo porque quiero mejorar mi estilo de comunicación.

Quiero conseguir que me veas como yo me veo, reducir esa distancia.

A comunicar se va aprendiendo, pues este es un viaje que no termina nunca.

Sé que puedo mejorar cada día un poco más.

Caminar en la comunicación es estar en el viaje de comunicarse: un ejercicio que mejora la salud emocional.

Este viaje de la comunicación tiene algo muy particular: la meta está en el propio camino.

Es un viaje sinfín; Sólo que no puedo olvidar que también tengo que aprender a recostarme en los rincones del camino y a dejar que la vista se me llene de paisaje, recapacitándolo, empapándome de mi y de lo otro.

Y en este tiempo he aprendido algo: no estoy sola en este camino; mucha gente está viajando en mi tiempo, al mismo tiempo que yo, conmigo y sin mí.

¡Nos hemos cruzado tantas veces!

Y en este tiempo he interactuado con muchos.

Mis narraciones son sólo una recolección de avances.

Estoy serena, mi viaje es una carrera de fondo, una maratón al fondo de mí misma pasando por la vida de con quienes camino y de con quienes me encuentro.

 

.

 

Abrirás los ojos una mañana cegada por el sol que entrará por tu ventana.

Estarás sediento y aturdido.

Notarás el vacío de tu cama y, casi sin vestirte, con las sábanas aún pegadas, saldrás corriendo tras de mí.

Mirarás a ambos lados de tu calle, solo que no sabrás que dirección he tomado.

Porque el tiempo ya habrá borrado mis pasos.

 

 

Quería levantarse sin sentir que el mundo podía seguir avanzando sin contar con su existencia.  

Lo anhelaba con el alma solo que nunca  despertaba sin que ese oscuro pensamiento le invadiera.

Ponía los pies en sus sandalias colocadas perfectamente paralelas entre sí y perpendiculares a la cama.

Un baño rápido, hay que ahorrar agua, decía, un desayuno equilibrado, fruta, cereales con mucha fibra, leche descremada, y caminar al trabajo, ejercicio moderado se coreaba mentalmente. .

Saluda amablemente a sus compañeros, que le estiman sólo que no le quieren.

Se incorpora al trabajo  y cumple con su tarea.

Nunca se pelea, nunca es origen de chismes, nunca da problemas.

Tampoco tiene mucha relación con nadie, no más allá de las frases de cordialidad.

Algún comentario mientras toma el almuerzo y punto.

Después del trabajo, vuelta a casa, pasa por el supermercado, compra verduras, pescado, leche, pan integral.  

Tres días a la semana va a inglés, piensa que los idiomas no se pueden abandonar o se pierden. Los otros tres días que le quedan, va al gimnasio.

Por la noche, cena ligera, como dogma acepta que no es bueno irse a la cama con el estómago lleno.

 No es fanático de la televisión, tal vez algún reportaje o una película.

 Normalmente, lee algún libro y se va a dormir temprano, que hay que madrugar.

Se despide de la vida, le acompaña la soledad.

 

 

Recuerdo que era de noche y llovía.

Era una de esas tormentas que llegan sin previo aviso.

Como máximo, tienen un trueno o dos, no sé si hacía calor o era el corazón que me ardía.

El agua, abundante, caía pesada, golpeando el suelo sin clemencia, nos empapaba la ropa, el cabello, la mirada.

Tú corrías como un metro o metro y medio delante de mí.

Yo no podía parar de reírme. ¿Para qué correr ya?

Estaba totalmente empapada y las ropas pesaban por el agua.

Te volteaste  y reíste al verme reír.

Me diste un beso.

De esos que cuando los ves en las películas te mueres de envidia.

Alguien nos miró en ese momento y se moría de envidia, segura.

Llegamos a casa, me quité la ropa, me sequé el pelo con la toalla.

Nos metimos a la cama, ya no recuerdo si dormimos o hicimos el amor.

O ambas cosas, una detrás de la otra, por supuesto, no las dos a la vez.

 

 

Los edificios, enmarcados por la luz del atardecer como amante tirada en la cama, se decoraban con luces, velitas de un pastel de cumpleaños.

Quiero soplarlas y apagarlas.

Niños, carritos, parejas.

Un perro me ladra.

Oscuridad anaranjada.

Y aunque quiero sentarme a descansar en la punta del malecón,  estoy sola.

Así que me siento en el sitio más alejado de la orilla que encuentro.

Como si estuviese resistiendo la tentación de nadar las aguas del mar.

Me siento y me arrepiento de no haber traído papel y lápiz.

Habría escrito cartas que jamás enviaría con frases que nunca me atreveré a decir.

Andrea Guadalupe.



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jueves, mayo 28

Ojos en las hojas

Tijuana BC May/009.       Ojos en las hojas

 

 

 

En el reloj serán las cinco o las siete de la tarde, poco importa.  

Atardece y las hojas caen al secarse y no estás aquí, cumpliste tu amenaza de dejarme atada al frío, al hambre, a tu ausencia.

¿Cuánto tiempo tardara una persona en llegar a encontrase a si misma?

A ese espacio donde se atraviesan fuertes fríos rodeados de soledad para llegar a la intima calidez según me cuentan.

Te fuiste huyendo, sólo que, en verdad nunca podrás alejarte porque el estigma se lleva en el conciencia, en la mente, debajo de las uñas, adentro, muy adentro de nuestra existencia.    

Pensaras que me he muerto, sólo que no; aquí me tienes esperando.

Por el exceso de tristezas en tu equipaje, no llegaras muy lejos.

¡Olvidas que no verme no te alejara del dulce fruto del deseo!

Buscaras con la mirada otros rostros y te encontraras siempre con el mió.

Recorrerás plazas y kioscos, solo para verme en cada esquina.

Me ataste a tu destino.

A las aventuras que viviste lejos de mi, no pudiste encadenarles. Con quienes decías que en verdad te encendían.

Conmigo………………..muchas veces me abrazabas, solo para pedir perdón, para darme refugio en tus brazos llorando.

Y apague también el fuego oculto, bebí el jugo de tus piernas, limpie con mi lengua los rincones.

Adore el perfume que me impregnabas, el que todavía llevo dentro.

¡No me castigues con tu ausencia, estoy hambrienta de ti!

Somos dos que se complementan, no siento remordimiento, somos dos que se ofrecen su gusto y de vuelta, recibimos también recompensa.

No hay delito, y por lo tanto, no hay culpables.

Y sin embargo, huyes y me dejas.

Me condenas a la muerte, cuando la muerte es en realidad no tenerte.

¡No me dejes hablando con mi sombra!

Escucho el eco de unos pasos y me asomo para ver si ya vienes de regreso.

Las moscas revolotean, las lombrices se esconden bajo la tierra.

El árbol tiene ojos en las hojas, la corteza es la coraza que guarda el corazón.

Duermo con los ojos abiertos para no soñar.

¡Esta temblando de frío la noche, las estrellas tocan sus campanas de plata!

A encontrarte con tu alma me dijiste, y yo voy por ti hasta que te encuentre.

Voy a romper la inercia que me ata y no tomare caminos, volare en una nube y en ella me veras remontando.

Tú eres a quien de verdad yo estoy encadenada.

Yo puedo romper tus ataduras, tú no podrás romper las mías.

Andrea Guadalupe.



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Un éxodo por el ocaso.

Tijuana BC May/009.    Un éxodo por el ocaso.

 

 

Sería lindo organizar un éxodo por cada surco del rostro, por cada arruga, por cada cicatriz.

Encontrar el eco de los recuerdos, revivir aquello que nos hizo reír o llorar.

Cuál fue el disgusto que inició la línea de expresión, a qué palabras dulces debemos esa marca de sonrisa que quedó formada en el final, o inicio de los labios.  

Por qué o por quién entornamos los ojos, qué sorpresa nos obligó a arquear las cejas de ese modo.
Cuándo perdieron nuestros ojos su brillo o por qué volvieron a brillar alegres como el fuego en invierno.

Qué mirada atenta descubrió la primera cana, la antecesora.

Qué mediodía al sol provocó esa mancha, qué frío nos quitó los colores.
Meternos en nuestra imagen sin miedo y sin prejuicios, leerla como un libro, retardarnos en los recuerdos.

Asumir lo que somos, lo que hemos aprendido de la vida.
Es la huella del tiempo lo que queda en el rostro.

Cada año, cada estación, cada mes con sus días, sus horas y minutos, lo han ido labrando.

Es lo que vemos en el espejo: lo que nos ha regalado su paso.

En la madurez, todos tenemos la cara que nos merecemos, dicen.
Y cuando del libro de la vida hayamos pasado la última página escrita, nos queda decidir qué haremos con las hojas en blanco; elegir qué podemos aprender todavía.




Ella de momento se quedó satisfecha.

No estuvo mal su vida, aprendió de lo malo, disfrutó de lo bueno, no guardaba pesados lamentos por lo que quedó atrás.

Tampoco se entristeció por lo no vivido: eligió despacio su camino, supo lo que perdía, no hubo resentimientos.
Le quedaban, a estas alturas, pocos deseos reales por cumplir.

Cuando necesitaba compañía, sólo tenía que llamar o escribir a sus amistades

Cuando quería darla, sabía siempre dónde iba a ser bien recibida.

Huía sin amarguras del frío intenso del invierno y del calor excesivo del verano.

No le faltaba nada vital.

Continuó de momento con su vida inalterable, sin pensar en el libro.

Y sin embargo, las páginas en blanco empezaron a colarse de vez en cuando en su memoria.

Tan sólo por unos segundos, al principio, y luego más y más…

Hasta que una tarde se acercó al espejo y las buscó: seguían en blanco, nada nuevo había en ellas desde entonces.

No era mujer de dejar cosas sin solucionar: Se preparó un té humeante, y salió a su jardín a tomárselo mientras contemplaba el crepúsculo.

Sabía que tenía que buscar la forma de encontrar un buen final para su historia. "¿Qué es lo más hermoso que la vida me ha enseñado?" "¿Qué es lo que merecería la pena disfrutar de nuevo, sacarle aún más jugo, dejar como lápida?"

El sol se ocultaba en el horizonte del mar, las sombras se apoderaban poco a poco del paisaje.

La mujer, aún hermosa en su ocaso, se levantó y hundió sus brazos en el rosal, tomando con las manos una rosa………………

Luego se frotó con ellas el escote, el cuello, la nuca.

Sintió el perfume invadirla con los ojos cerrados, y sonrió.

La sombra de una nueva arruga se dibujó leve, casi imperceptible, en su rostro.

Andrea Guadalupe.



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domingo, mayo 24

Hijo, un día………………

Tijuana BC/May 009.      Hijo, un día………………

 

¿Puedes inventarme un cuento?
Un 02 de octubre hijo mió te brotarán alas, enseguida querrás probar  que tan fuertes son y en franco desafío retarás las desgracias.
No te muestres a mi inclemencia, te dirá la lluvia, sólo que tú pensarás que es rocío pasajero.
Aléjate de mis flagelos, aconsejará el viento.

Tú dirás: Sólo brisa suave eres.
Mis rayos pueden incendiarte, dirá el Sol y tú asegurarás que su calor no te alcanza y que su tibieza es suave.
Vuela, José Ángel, sólo que cuando sientas frío ven a guarecerte en mis brazos

Entonces desafiarás las tormentas, las avalanchas, las furias del fuego y en cada batalla perderás un pedacito de tus rudimentarias alas o quién sabe si ya fuerte plumaje.

La lluvia te mirará soberbia.

El viento te golpeará la mejilla.

El Sol sonreirá con desdén.

Ese día vas a recordar que tienes un refugio cierto para alentar tus desvaríos.

Ahí estarán mis brazos y palabras que contienen las heridas y  te devuelven con alegría la vida.

 

                                    Andrea Guadalupe.



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Preguntas que no debemos hacernos

Tijuana BC May/009.   Preguntas que no debemos hacernos

 

 

Jann, cuando tomé la decisión de empezar a luchar por ser yo misma, había algo que me frenaba: el alto precio a pagar.

Tenía toda mi vida proyectada para vivirla con aquella otra identidad.

No sólo hice planes, también había trabajado mucho, había puesto muchas ilusiones, esperanzas y esfuerzos, y esperaba recoger los frutos de todo aquello, solo que sabía que la condición indispensable para ello era ser varón.

Soy la misma persona que era, me gustan las mismas cosas, pienso de la misma forma.

También han habido cambios: ahora me comprendo mejor a mi misma, y he encontrado la respuesta a ciertas cosas que yo solía hacer o pensar que nadie comprendía, ni siquiera yo.

Ya no tengo que luchar conmigo misma y, en general, estoy más tranquila y feliz, aunque al mismo tiempo a veces sufra.

¿Por qué la yo que soy ahora no puede continuar con la vida del yo que era antes, si soy la misma persona?

¿Por qué el precio que he tenido que pagar para ser yo misma ha sido renunciar a mi vida?

Me pareció un precio grande, sólo que lo pagué aún cuando siento que al mismo tiempo es como si revisara la factura de lo ya pagado.

 Como cuando echas cuentas y dices "sí, tenía que comprarlo, y mira… ¡¡¡que caro está todo!!!".

.En general, creo que no he hecho un mal trato, pues los triunfos en la vida no tienen sentido si no puedes disfrutarlos.

También sigo pensando que aquí la más perjudicado no he sido yo

Y fríamente, entiendo por qué las cosas han tenido que ser así.

Aunque la parte más irracional, la que no atiende a razones, sigue sin comprender por qué no podía ser todo más sencillo.

A veces me hago preguntas que no debemos hacernos…

¿A dónde fueron las lágrimas que no se derramaron?

¿Cómo se perdieron las miradas que no se encontraron?

¿Cuándo nos desviamos del camino que nos mostró el destino?

Dime Jann, ¿dónde descansan los sentimientos que murieron?

¿Qué cementerio arropa los restos de aquellos recuerdos que tanta desgracia trajeron?

¿Dónde esta el perdón que di y dónde la riqueza que nunca vi?

¿Qué sentí con aquél abrazo que no entregue?

¿A qué saben los besos que no se dan?

¿El amor, cuando no viene, a dónde va?

 

 

Cada cual tiene una manera especial de enfrentar la vida, de buscar la felicidad: unos se quejan de la vida, buscan la felicidad en el dinero, en el sexo, en los placeres y encuentran un mayor vacío dentro de sí; otros entienden que la felicidad es un estado del espíritu, es sentir la paz en el corazón, es la manera de enfrentar la vida dándole valor a aquello que realmente lo tiene. Mucha gente piensa que la felicidad está en las cosas y después se queja del aburrimiento y de las frustraciones.

 ¡Cómo se huye de la vida!

Tenemos que enfrentar la existencia, enfrentarla cueste lo que cueste; huir nunca fue y nunca será solución, además de seguir ahí, el problema se agrava más todavía.

Tenemos la costumbre de buscar en los demás la causa de nuestros fracasos.

 ¿Será que realmente son los demás los responsables por nuestros fracasos?

Si tú te equivocaste, todavía es tiempo de cambiar, de arreglártelas, de intentar otro tipo de vida.

Tu puedes recomenzar todo de la nada, si tienes coraje, en poco tiempo verás tu situación transformada.

Nunca le des tiempo al tiempo, él no lo hará contigo.

Me alegro mucho saber de ti, y espero que seas feliz.

Amorosamente Andrea Guadalupe.

 

PD. Cuando abro la puerta de mi espacio, de mi rincón existencial, a quien se acerca, aparte de una cortesía, estoy diciendo que confió, que hay cordialidad.  

Al abrir la puerta, lo que espero es que el cariño sea correspondido.

Los valores espirituales me dicen que tengo que aprender a confiar.

Procurar no defraudar o prometer cosas que no se cumplirán.

Fallar a la confianza es actuar mal, es abusar.

 

 



                                              Andrea Guadalupe.

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Como al Tigre de Santa Julia. ……………..

Tijuana BC May/009.    Como al Tigre de Santa Julia. ……………..

 

 

El tema de la influenza humana es aún recurso entre algunos medios urgidos de publicidad.

Y es que las malas noticias son buenas noticias.

El rating mama de esto.

Un medio desesperado a todas va.

Entre muchos otros temas surrealistas en los que Kafka resulto ser un principiante, en nuestro país, las palabras; organización, control, seguimiento, cambió, prevención, son meramente divagaciones metafísicas.

Vivimos en un entorno subjetivo, no objetivo.

Me queda claro el simbolismo profundo de la vieja piñata mexicana hecha de barro, en la que quien la rompe, no recoge nada, aparte de salir con las rodillas sangrantes.

En este sentido, obras como; El laberinto de la soledad, de Octavio Paz o Macario de Bruno Traven, son confesiones del espíritu nacional.

Retrato de nuestra raza.  

Cuando descubro los palos de ciego a la moderna piñata nacional amasada con el barro de la influenza, puedo imaginar las piñatas de la guerra de Independencia, Reforma y Revolución.

Igual que la guerra Cristera.

Movimientos sin plan, ciegos, impredecibles, manipulados.

Es cuando intento descifrar, una vez más el lema de la UNAM; Por mi raza hablara el espíritu. Un asunto de salud pública en riesgo de convertirse en peste, arroja a los medios de comunicación a la apropiación por el rating, y pone al gobierno a dar palos de ciego, confirmando con esto a los hijos de la Malinche como hijos de mala madre y exhibe a los políticos publicitados, interesados solo en promociones electoreras.

Se hacen preguntas profusas, confusas y difusas, mientras el funcionario responde contra la pared, y el empleado publico, es obligado a usar tapa bocas disfrazándose de contagiado.

¿Y el pueblo? Ese que juegue con Doña Catrina, la muerte, creación de José Guadalupe Posada.

Ninguna acción pública nacional derivada de las políticas de los poderes constitucionales de la federación, de los estados, o de los municipios, tiene visión a largo plazo o rumbo o esta sostenido en estadísticas confiables, ni cuenta con organización, instrumentos de control y administración preventiva sostenida.  

Solo improvisamos, somos buenos para eso.

Sospecho que esta contenido en el genoma de la raza por la cual hablara no sé cual espíritu, sin dudarlo, creo que uno especializado en improvisaciones.

Empiezo a entender el verdadero significado del lema de José Vasconcelos.

La influenza nos pesco como a; El Tigre de Santa Julia: Evacuando, deponiendo, obrando, haciendo, excretando, defecando, cagando…………………

Elige lo que menos te ofenda.

De afuera nos vinieron a decir que nos habíamos convertido en exportadores de un producto no bien venido en otros países.

Nos rotularon y nos obligaron a darle a la piñata en lo oscuro.

Veremos cómo nos va con los pedazos de barro quebrado.

Alguien saldrá con las rodillas peladas y alguien más se quedara con los caramelos.

De hecho ya lo están haciendo.  

Andrea Guadalupe.



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A una madre abusiva.

Tijuana BC  May/009.        A una madre abusiva.

 

 

No les pegues a tus hijos, eso sólo enseña que alguien que te quiere, te pega y perpetúa el abuso y la violación.

A una madre abusiva.

Cuando crecía, sentía que no podía contentarte.

Que hiciera lo que hiciera, nada era suficiente, te tenia miedo, no cariño, si miedo.

Al crecer, aprendí que no iba a permitir que tu intolerancia en la vida, afectara a mi existencia.

Siempre creíste que era fuerte, hasta cuando mis piernas temblaban por tus gritos y tus manos me tomaban por los cabellos para lastimarme.

Conforme pasaban los años, estuve enojada por tu falta de comprensión y de entendimiento a mis necesidades.

Llegue a creer que no valía como ser humano pera merecer el amor incondicional de mi madre.

Nunca entendí cómo podías ser tan violenta.

Pasaron los años, me hice mujer y comprendí lo difícil que es ser madre.

Una no quiere ver a sus hijos equivocarse.

Con el tiempo, pude perdonar que no hayas estado para mí de la forma en que yo necesitaba.

Y entendí que tampoco tus padres habían estado para ti.

Perdonarte fue decidir no darte el poder sobre mí del resentimiento.

Te agradezco; me mostraste que podías hacer un esfuerzo para mejorar las cosas y te suavizaste con el tiempo.

Gracias por la oportunidad de revertir la situación.

Andrea Guadalupe.

 



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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miércoles, mayo 20

Sin ningún tipo de historia


Tijuana BC May/009. Sin ningún tipo de historia

¿Cómo se hace esto? Ups.
Nunca pensé que algo tan sencillo como escribir una carta, pudiera convertirse en todo un reto…Haré lo que pueda.

No se trata de que quede bonita, de emplear metáforas, semejanzas, o giros innecesarios; simplemente se trata de intentar abrir mi corazón, sólo que esta vez libre de historias que puedan llegar a confundir; historias que a veces se duda si podrán ser si son reales o fingidas.

¿Pueden creerlo? ¡Estoy nerviosa! ¿Recordaran lo que es escribir una carta a las personas queridas? ¿El sentirse desnuda frente a una hoja en blanco que espera paciente nuestras letras, nuestros sentimientos?
Si alguna vez lo han sentido, si alguno de ustedes escribió una carta a esa persona que en algún momento ocupó o invade su corazón, podrán hacerse una idea de cómo me siento ahora mismo.

Puede parecer una tontería, yo también lo pensaría, sinceramente; sólo que para mí es algo importante.
Casi a diario me dedico a escribir pequeñas curiosidades, largos relatos, fotos que hablan y llevan su significado.
Cada día abro mi página impaciente por comprobar los comentarios, por saber qué piensan de lo que escribí ese día.
Por descubrir visitantes nuevos y poder darles la bienvenida.
Por encontrar a los de siempre , agradecida por tenerles un día más ahí, al otro lado, apoyándome, dándome aliento para cuando las fuerzas desmayan.

Nunca pensé que terminaría siendo algo tan necesario como comer cada día.
Necesito escribir, necesito recibir comentarios, necesito saber que están ahí.

Unos me acompañan desde el inicio.
Me han visto crecer y han sido testigos de mi evolución.
Cambio en la forma de escribir, y en el fondo.
Otros han ido apareciendo poco a poco.
Mil caminos diferentes para mil sonrisas únicas.
Algunos han llegado por recomendaciones y de la mano de amigos o conocidos.
A muchos… no conozco.
Sé que diariamente hay cantidad de gente que se asoma por aquí sin dejar rastro.
Cada uno tendrá sus motivos, y por ello, lo respeto.

De algunos conozco su voz, su mirada, sus abrazos, sus gestos..
De otros tan sólo la voz.
De unos cuantos más, he visto su foto.
De la mayoría conozco sus palabras.
Y es que aunque mucha gente no lo entienda, esto es todo un mundo.
Una experiencia diferente y bajo mi punto de vista muy enriquecedor.

Cada día somos más.
Cada día las estadísticas crecen y crecen.
Y cada día me enfrento con más personas lindas que comparten sus escritos en cuanto a experiencias, sentimientos, inquietudes, en fin...
Vacilo, dudo, tiemblo, pienso.
Necesito unos minutos para poner las ideas en orden, para relajarme y para, simplemente, dejarme llevar; dejar volar la imaginación y no pararla en ningún momento hasta que termine de decir todo lo que quiere decir.
Luego aprieto el botón de "publicar".

Prefiero no leer, así mejor.
Lo que haya escrito, escrito está.
Al fin y al cabo nunca me parecerá lo bastante bueno.
Espero con impaciencia los primeros comentarios, las primeras opiniones.
Casi siempre palabras bonitas, ¿hasta qué punto? ¿Lo dirán por tenerme aprecio, o de verdad les habrá gustado como dicen?

Los comentarios animan, sin duda, sólo que también ponen el listón más alto cada día.

También si de algo me he dado cuenta es de que sea como sea, pase lo que pase, escriba lo que escriba, siempre están ahí. .
No pasa un día sin que reciba sus comentarios o visitas.
Cuando he tropezado, cuando he estado a punto de tirar la toalla siempre hubo alguien que consiguió tirar de mí para que no abandonara todo.

Para quienes constantemente me dejan mensajes.
Para los que sé que entran sin decir nada.
Para los que no conozco y me conocen.
A todos me gustaría abrázales.
Me gustaría acercarme a cada uno, dirigir mi mirada a sus ojos, regalarles una de mis mejores sonrisas, llamarles por su nombre e intentar hacer saber qué es lo que me hacen sentir cuando veo que cada día esto avanza un poquito más.

Me encantaría, sólo que no puede ser.
Tan sólo puedo hacer esto; desnudar mi alma por primera vez sin ningún tipo de historia que pueda escudarme, sólo mis letras, es todo lo que les puedo dedicar.
Aunque deben saber que aquí he volcado como nunca he hecho, una pequeña parte de mí.

Por ti, por aquél, por ella y por los otros.
Por los que están cerca y por los que están un poquito más alejados… por todos y cada uno de ustedes.

Gracias de corazón por apoyarme, por estar aquí.
Sin ustedes esto no sería lo mismo, sin ustedes todas las historias que aquí se encierran, habrían muerto en mi cabeza.
Sin ustedes no podría ser un poquito más feliz ni podría liberar miles de sonrisas cada día.


Muchísimas gracias amigos.

Con mucho cariño………………. Su amiga. Andrea Guadalupe...



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
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Llamando a las puertas del cielo.

Tijuana BC May/009.  Llamando a las puertas del cielo.

 

 

En mi vida he tenido muy pocas amistades, las que crecieron a mi lado en mi infancia, las fui perdiendo en mi adolescencia; Manuel, el Mameyo, y el Gallo Vargas, fueron victimas de la política represiva del gobierno.

Rubí, mujer amiga de origen trans, victima de los prejuicios y la intolerancia, razón por la cual no se investigo su muerte

De gente así, nadie se preocupa, dijeron en el Ministerio Público.

Ricardo, aquel amigo introvertido, y de un sentido de humor corrosivo, que no pretendía caerle bien a nadie, conservo un recuerdo de alguien que le encantaba pasar las horas a mi lado platicando, jugando domino, intentando que aprendiera ajedrez, de risa escandalosa y un enorme gusto por vivir.

Ahora solo tengo un pequeño departamento de interés social en una unidad habitacional, con un pequeño jardín donde subsisten un tulipán, un durazno niño, y tres rosales.

Mi vástago, un hijo de su pinguina marínela, un muchacho hombre cercano a los 24 años, que a pesar de ser una calamidad, le quiero.

Un trabajo absorbente, la obligación de madrugar cada mañana y una ciudad adoptiva donde reina el caos.  

Más sin embargo, cuando aparecieron los síntomas de una enfermedad en mi vida, nunca me puse a pensar en ellos, y me parecieron de lo más natural.

Veíamos juntas la tv, les enseñaba las fotos de revistas del corazón, les comentaba las noticias.

Hasta a veces, en esto de la escritura estaban a mi lado.

Reflexionando en metáforas, sinónimos y antónimos que hicieran menos pesada la narrativa, aunque he de reconocer que en esto, mis malestares no eran de gran ayuda.

Antónimo de paraíso, infierno, sólo que de paraíso,………….mi vida por ejemplo.

Los malestares estaban encantados con mi compañía, y, al igual que las plantas, con mis cuidados y diálogos, crecían cada día.

Diarreas, fiebres nocturnas, perdidas de peso, debilidad extrema en ocasiones.

Entonces fue cuando me paso por la cabeza; ¿Qué será lo que me esta matando?  

Es una enfermedad crónica, degenerativa y mortal por necesidad, la que le esta matando.

Y yo que pensaba que usted era una de esas personas hipocondríacas patológicas que llegan siempre a consulta pidiendo un montón de pruebas sin tener nada.

¡Y que le voy a hacer yo!

Pues atender a esas pobres personas locas para que se vayan tranquilas.

Sólo que usted, Andrea, usted si que se puede ir tranquila, no es hipocondríaca.

Eso si, vigile su dieta, consuma más frutas y verduras, haga más ejercicio, y si cree en Dios, encomiéndese.

Salí de ahí impresionada, no podía creerle, no de mis malestares.

¡Tener una enfermedad para esto!

En la calle levante la mirada, y ese cielo siempre gris me conmovió por su belleza.

Y por la calle sólo me tope con mujeres hermosas.

Daría la mitad de mis sueños si con ello pudiera tener la opción de volver a mi mugre trabajo durante 20 o 30 años más.

Después de todo, lo de mugroso es sólo un decir.

Y ahora, ¿De que me sirve saber el sinónimo del paraíso, es la vida, ahora que estoy llamando a las puertas del cielo?       Andrea Guadalupe.

 



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
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                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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